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Bolonia en marcha: precarización, mercantilización y privatización en la Universidad Pública

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Albert Reyes

Albert Reyes
Admin

Bolonia en marcha: precarización, mercantilización y privatización en la Universidad Pública

En los últimos dos años las universidades públicas del Estado español han sufrido y aún están sufriendo un gran número de reformas, conocidas de modo general como “Plan Bolonia” o “reformas boloñesas”. La excusa para estas reformas es establecer, siempre desde arriba, un Espacio Europeo de Educación Superior (EEES).

Para llevar a cabo esta imposición los sucesivos gobiernos de Aznar y Zapatero y los rectores han intentado ocultar las reformas bajo un manto de silencio que ha sido criticado, incluso, por el Defensor del Pueblo1. Otros altos cargos, como el presidente de la Conferencia de Rectores (CRUE), tan solo reconocen errores de comunicación2.

“Bolonia es un proceso fundamentalmente económico, no académico ni científico, promovido desde instancias políticas y asumido de forma acrítica por las autoridades académicas”.3

Ramón Muñoz Chapuli.

Catedrático de Biología Animal de la Universidad de Málaga.

Estas reformas universitarias han suscitado una fuerte resistencia en las aulas y departamentos universitarios que ha ido configurando el “movimiento contra Bolonia” a lo largo y ancho del Estado español; un movimiento amplio, radicalmente democrático y participativo.

El movimiento contra Bolonia ha estado conformado fundamentalmente por estudiantes que han analizado a fondo las reformas, han informado a sus compañeros y compañeras, han planteado alternativas, han llevado el debate sobre la Educación Superior a la sociedad en su conjunto4, han organizado jornadas de debate, actividades culturales y artísticas de protesta5, se han movilizado en las calles y campus contra las reformas que consideraban injustas6, han organizado asambleas y referendos, han ocupado simbólicamente el Ministerio de Educación7, la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA)8, sucursales bancarias9, rectorados y aulas10, etc. Y todo esto pacíficamente, con sus propios medios, muy escasos económicamente pero ricos en personas llenas de esperanzas de cambio11.

En los referéndums que se han celebrado en diferentes universidades tras la presión del movimiento estudiantil, los y las estudiantes se expresaron claramente contra Bolonia. En la Universidad de Barcelona el 93% de los estudiantes mostró su oposición a la puesta en marcha del EEES que se imponía desde arriba12, el 94% en la Universitat de Girona, el 97% en la Universitat Autònoma de Barcelona, el 95% en Universitat de Lleida, el 89% en la Universitat Pompeu Fabra, el 90% en la Univeritat Politècnica de Catalunya, el 89% en la Universidad Complutense de Madrid, y el 88% en la Universidad de Zaragoza13. A pesar de que la participación en estas consultas electorales fue mayor que las que se dieron en las diferentes elecciones a rector, sus resultados fueron sistemáticamente ignorados por esos equipos rectorales.

Las movilizaciones estudiantiles, en contra de lo que alguno/as podrían haber pensado, continúan en el curso 2009-1014. Y estas movilizaciones, posible mente, continuarán ya que las reformas no se debaten y deciden en las bases de la comunidad universitaria sino que vienen impuestas desde arriba, aunque sea con la participación de representantes de todos los sectores en los órganos de gobierno universitarios. Los y las universitarias se resisten a un modelo de democracia representativa que sienten que no las representa realmente.

A las movilizaciones de los estudiantes se han unido profesores e investigadores (PDI) y personal de administración y servicios (PAS) organizados en asambleas locales que han impulsado la firma de diferentes manifiestos de denuncia del proceso de Bolonia15 y han llegado a coordinarse estatalmente hasta reunirse con el Ministro de Educación en julio de 2009 para plantearle sus reivindicaciones17. Las asambleas y asociaciones de PDI y PAS han participado en las manifestaciones de estudiantes y han organizado diferentes jornadas de debate sobre el EEES en universidades como la Politécnica de Cataluña17, la Universidad Complutense de Madrid18, la Universidad de Valencia19 o la Universidad de Sevilla20. Especialmente intensa ha sido la movilización del PDI en campos del saber como la filosofía21, el derecho22, la ingeniería23, la medicina24,25, o la arquitectura26. Desde el colectivo del PDI también se han editado varios libros que analizan críticamente las reformas boloñesas27 y páginas web que informan sobre la mercantilización y la privatización universitaria, como la excelente página realizada desde la Universidad de Santiago de Compostela28.

El movimiento contra Bolonia ha dejado claro que “otra Universidad es posible”, rechazando el modelo que aún domina en la Universidad, una institución clasista, decimonónica y con una democracia tradicionalista y autoritaria. Pero al mismo tiempo, el movimiento ha venido denunciado que las reformas actuales están conduciendo a la precarización, la mercantilización y la privatización de la Universidad Pública. Frente a la imposición desde arriba de las reformas, desde el movimiento contra Bolonia se propuso una moratoria activa de un año a la entrada en vigor de los nuevos planes de estudio de Grados para poder debatir de forma abierta y participativa qué modelo de universidad quiere la sociedad en su conjunto29, propuesta que fue rechazada por los rectores y el gobierno30. En algunos casos, como en la Universidad de Sevilla, el rector al tomar el cargo expresó su deseo de “gobernar con un estilo cercano, sensible y dialogante, buscando siempre el consenso, propiciando en todo momento la participación e intentando crear las mejores condiciones para la construcción del futuro de la institución en torno a objetivos comunes de interés general”31. Nada más lejos de su comportamiento frente al debate entorno a las reformas boloñesas.

Las manifestaciones contra este EEES no se han limitado al Estado español y han estallado también, incluso con más fuerza, en Grecia (donde se ha frenado el proceso de Bolonia), Francia32, Alemania33 o Italia34. Y es que, en Alemania, donde las reformas neoliberales de la Universidad llegaron hace dos años, existe un descontento generalizado35. En Francia se dieron durante 2009 las mayores huelgas universitarias de su historia, mayores a las del famoso 1968.

“Sin duda, la Universidad necesita una importante reforma, dado su anquilosamiento burocrático, sus vicios internos y su pérdida de peso en la sociedad. Lo que ocurre es que la reestructuración emprendida basada en la Declaración de Bolonia ha ido en la dirección contraria. La Universidad debe seguir siendo un lugar de producción, transmisión, difusión y crítica del conocimiento, y no una mera fábrica de titulados con los perfiles que interesen al mercado. Es de esto, y también del nulo debate sobre el tema en las propias universidades, de lo que protestan muchos estudiantes y no pocos profesores”.

La Universidad, el Mercado y Bolonia36 – Isidoro Moreno.

Catedrático de Antropología Social, Universidad de Sevilla.

Las autoridades académicas y políticas han justificado, en parte, las reformas boloñesas por “una necesidad de confluir con Europa”37. Sin embargo, tal y como expone el manifiesto “Nuestro No Razonado a Bolonia” de profesores y profesoras de la Universidad de Jaén: “Asociar la actual reforma a la homologación europea es falso. No existe ningún catálogo europeo de carreras superiores ni unas directrices generales que cada universidad deba cumplir para la homologación. La prueba de este desajuste es que los créditos ECTS no están unívocamente definidos y en algunos países el grado son tres años y en otros (como en España, por ejemplo) cuatro; en unos el postgrado dura dos años y en otros uno. No se avanza, pues, en la homologación más allá de lo que ya había antes de la reforma (desde 1956, existe el Convenio Europeo de Equivalencia de los Estudios Universitarios en el marco del Consejo de Europa)”38. Además, no existe una directiva europea que obligue a implementar el EEES39, se trata de decisiones de los gobiernos centrales aunque el de ZP lo intente ocultar. Incluso países de otros continentes además del europeo, como Ecuador, están desarrollando reformas universitarias similares a las del Plan Bolonia, lo que muestra que existen en dichas reformas motivaciones que no tienen nada que ver con la integración europea.

También se han intentado justificar las reformas por un cambio en el sistema de enseñanza, cuando para realizar los cambios pedagógicos no era necesario el proceso Bolonia, convirtiendo las Licenciaturas en Grados. Además, los y las que han impuesto las reformas desde arriba han repetido una y otra vez que se trataba de una adecuación de la universidad a las demandas sociales, cuando querían decir empresariales. Desde las autoridades académicas se han negado los argumentos del movimiento contra Bolonia, esgrimiendo que la institucionalización de la lógica capitalista del mercado viene a “modernizar la Universidad”.

En la mayoría de los casos, las autoridades académicas han evitado el debate público, con excepciones como la del Rector de la Universitat d’Alacant40 y el de la Universidad Complutense de Madrid41. En estas labores, los rectores han contado con la inestimable ayuda, por ejemplo, del ‘universitario’ Banco Santander en la realización de una campaña de propaganda pro-Bolonia42. También el Ministerio de Educación ha realizado, a petición de los rectores, una campaña de propaganda a favor de las reformas boloñesas. Realmente, la sustitución del debate por la propaganda ha resultado y aún resulta muy preocupante, aunque sea para un buen entendimiento entre las diferentes partes.

Además, las autoridades académicas han utilizado la criminalización contra el movimiento estudiantil para justificar su represión. Así, en universidades como la de Sevilla en la lucha contra la puesta en marcha de la Ley Orgánica de Universidades (LOU) o en la de Barcelona en la puesta en marcha del EEES, los rectorados seleccionaron a varios de los y las estudiantes más comprometidos con el movimiento de protesta como cabezas de turco, acusándolos de violentos, denunciándolos y expulsándolos de la Universidad43.

Por otro lado, los partidos mayoritarios, Partido “Socialista Obrero” Español (PSOE) y el Partido Popular (PP) han coincidido en las líneas fundamentales de la política universitaria, impulsando ambos desde el gobierno central y los gobiernos autonómicos la LOU como un primer paso y, posteriormente, las reformas boloñesas. Zapatero se comprometió a derogar la LOU desde la oposición en el Paraninfo de la Universidad de Sevilla44 y después, tan solo, la reformó muy levemente.

“Conviene recordar que, en el caso español, el tiempo inmediato a los acuerdos de Bolonia estuvo ocupado por la confrontación en torno a la LOU que impuso el PP a pesar de la oposición de la mayoría de los estudiantes, profesores e incluso de buena parte de los rectores, y también del PSOE, aunque luego éste, cuando llegó al Gobierno, no la anulara como había prometido”.

La Universidad, el Mercado y Bolonia – Isidoro Moreno.

Catedrático de Antropología Social, Universidad de Sevilla.

Además, los gobernantes han respondido a las movilizaciones estudiantiles pacíficas con represión policial y judicial, desalojando a estudiantes encerrados pacíficamente en las universidades o cargando directamente contra manifestaciones pacíficas, como ocurrió en Barcelona tras el desalojo policial del edificio del rectorado de la Universitat de Barcelona.

Los sindicatos mayoritarios, Unión General de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CC.OO.), han criticado muy fría y superficialmente las reformas boloñesas, cuando no las han aplaudido y han colaborado en su puesta en marcha. Aún así, CC.OO. ha sido más crítica que UGT con el proceso boloñés, fundamentalmente limitándose a pedir más fondos para ponerlo en marcha, y oponiéndose a la actuación de la opaca y arbitraria Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA). Otros sindicatos, como la Confederación General de Trabajadores (CGT)45 o la Confederación Nacional del Trabajo (CNT)46 sí han mostrado claramente su oposición a la puesta en marcha del Plan Bolonia por tratarse de un proceso privatizador y mercantilista.

A pesar de la fuerte oposición y los numerosos obstáculos que ha encontrado el movimiento contra Bolonia, sus movilizaciones han seguido reformas importantes. Es cierto que consiguió frenar Bolonia, pero sí avances concretos, aunque parciales, importantes para la Universidad Pública. Entre estas victorias del movimiento contra Bolonia destacan: sacar al debate público las verdades que esconde el Plan Bolonia, más becas de estudios durante el curso 2008-09, más fondos para la puesta en marcha de los planes de estudio de Grado, la simbólica vuelta de las competencias de Universidad del Ministerio de Innovación y Ciencia a un Ministerio de Educación con nuevo ministro, la puesta en marcha de maestrías gratuitas para licenciados en paro cobrando el subsidio de desempleo47, una moratoria activa de un año a la entrada en vigor de los grados en varios centros universitarios de diferentes universidades, o que el rectorado de la Universidad de Sevilla emita carnés universitarios sin el logo del Banco Santander. Aún así, estas victorias del movimiento contra Bolonia las ha puesto en marcha un gobierno neoliberal que impulsa también políticas racistas y xenófobas, y lo ha hecho a su manera. Por ejemplo, ha dejado fuera del acceso a las becas para máster a los inmigrantes extracomunitarios en paro48.

Aunque el balance general es muy negativo, no todas las reformas universitarias puestas en marcha últimamente lo son. Por ejemplo, tal y como expone la RED IRES (una Red de Investigación y Renovación Escolar que agrupa a docentes de todos los niveles educativos) ha sido un avance importante sobre una situación previa nefasta que los y las licenciadas y graduadas que quieran ser profesoras de secundaria cursen ahora una maestría enfocada a la formación profesionalizadota para la docencia en la que reciban la formación imprescindible en aspectos pedagógicos, psicológicos, sociológicos, didácticos y de práctica profesional. Sin embargo, el diseño de este curso y su puesta en marcha se ha llevado a cabo de manera apresurada y poco participativa, además de conllevar los problemas generales asociados con las maestrías en el modelo actual que se exponen más adelante. Además, como esta Plataforma sería mucho mejor que el máster que la formación del profesorado se diera en carreras equivalentes a las de cualquier otro campo de conocimiento, como ocurre en bastantes países. Es decir, en grados o licenciaturas de docente de primaria generalista y de docente de secundaria en cada una de las áreas del currículum, de manera que los y las estudiantes sepan, desde el principio, que se preparan para ser profesores49.

En este contexto, los análisis de futuro del movimiento contra Bolonia respecto a las reformas boloñesas ya se están demostrando acertados, antes siquiera de comenzar el primer curso en el que se impartirán los nuevos Grados. Veremos en las tres siguientes entregas de este análisis cómo se está produciendo la precarización, la mercantilización y la privatización de la Universidad Pública.

Jesús Castillo, profesor de la Universidad de Sevilla, miembro de la Plataforma por una Universidad Pública, Democrática y de Calidad, STOP BOLONIA, del grupo anticapitalista En lucha y del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) en la Universidad de Sevilla (SAT-US).

http://lahistoriadeldia.wordpress.com/2009/10/20/bolonia-en-marcha-precarizacion-mercantilizacion-y-privatizacion-en-la-universidad-publica/

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Albert Reyes

Albert Reyes
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Arquitectos y médicos no quieren ser graduados

Estudiantes y profesionales piden al ministro que se equipare su titulación a la de máster con el Proceso de Bolonia

Al grito de ¡graduado el que no bote!, muchas batas blancas pero sobre todo cascos de obra han invadido este viernes por la mañana un buen tramo de la calle Alcalá de Madrid. Eran profesionales y estudiantes de Arquitectura y Medicina que se han manifestado bajo el mismo lema: ¡máster ya! Tienen una reivindicación, que sus planes de estudio se equiparen a los de máster y no a los de graduado (de cuatro años), como hasta ahora está previsto que ocurra con la implantación del Espacio Europeo de Educación Superior (Proceso de Bolonia).

Alrededor de 5.000 personas, según cálculos de este periódico, han salido a mediodía de la plaza de Cibeles y han llegado hasta el Ministerio de Educación, donde varios representantes de ambas profesiones han entregado una carta al ministro con esta petición.

En la marcha había dos cabeceras: la primera, más pausada, de los profesionales; y la de los estudiantes, que han sido los que se han encargado de hacer ruido. No había ningún estudiante de Medicina en primera línea, donde sólo se veían cascos de obra, escuadras y cartabones. Muchas de sus consignas iban dirigidas a otro colectivo, el de los ingenieros, al que ya se ha concedido la categoría de máster. Gregorio Fernández, subdelegado de estudiantes de Granada, se ha referido a lo que ellos consideran un "agravio comparativo": "Esa degradación no es fortuita, se esconden intereses de otros colectivos profesionales que pueden beneficiarse de que los arquitectos españoles tengan menos formación. A nadie se le escapa que podrían firmar proyectos por encima del arquitecto, cuando ahora no es así". Juan Alberto Gallardo, arquitecto y padre de un estudiante de la misma rama, se expresaba en relación a las titulaciones de Ingeniería: "Queremos que se equiparen, nada más".

Los estudiantes de Medicina, más tímidos, se han situado sobre todo en la parte de detrás. Bea y Laura, estudiantes de primero en la Universidad Autónoma de Madrid, también se han quejado de que "vayan a situar la carrera por debajo de la de otros países de Europa". Florentino Díez, jefe del Servicio de Neumología del Hospital de León, ha recalcado que en su gremio están "muy molestos". "Yo lo veo todo con mucha desconfianza, y el máster de menos de un año no nos convence porque tenemos una carrera consolidada de seis años que no tiene nada que ver con una carrera de tres, es desigual e injusto", decía desde el principio de la concentración.

Algún colectivo de estudiantes contra del Tratado de Bolonia ha aprovechado la ocasión para recoger firmas, que los manifestantes, con la emoción del momento, han firmado sin parar.

La marcha ha acabado con varias peticiones. "Queremos tener la titulación de máster para los turrones", ha sido la del secretario general de la Confederación de Sindicatos Médicos, Patricio Martínez, uno de los que han entregado la carta en el Ministerio. Tras la concentración, el Ministerio ha emitido un comunicado en el que recuerda que ya ha habido varias reuniones con los colectivos y que éstos no se han negado a algunas de sus propuestas, como la de que con el máster se les convaliden competencias ya adquiridas por ellos durante los estudios de grado.

En Barcelona, cerca de un millar de jóvenes también han protestado por el centro de la ciudad. La manifestación ha causado problemas de tráfico por el centro de la ciudad. La marcha ha partido de la plaza de la Catedral, descendido por Via Laietana y ha acabado en la plaza de Palau, frente a la Delegación del Gobierno. Además, ha habido concentraciones en otras universidades por todo el país.

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Arquitectos/medicos/quieren/ser/graduados/elpepusoc/20091023elpepusoc_6/Tes

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Albert Reyes

Albert Reyes
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"Las confusiones por el Plan Bolonia se crean porque hemos entrado tarde y con prisas"

Acaba de publicar un estudio que trata de esclarecer las dudas y desmentir las críticas que se han dicho desde que se puso en práctica la reforma

Érase una vez en 1999, en la capital de los estudiantes, -la ciudad con la universidad más antigua de Occidente-, representantes europeos firmaron la Declaración de Bolonia. Se consensuaron seis objetivos destinados a facilitar la movilidad de los estudiantes entre los diferentes países, la homologación de estudios y titulaciones, y garantizar la calidad de los estudios, para conseguir un Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). España y Portugal, los únicos países que se opusieron al principio, se han visto obligados a ponerse las pilas para no quedarse atrás y aplicar la reforma en un tiempo récord. El hecho ha levantado un aluvión de críticas por parte de profesionales del sector, estudiantes y políticos. Hablamos con el profesor Miquel Àngel Comas que acaba de publicar una tesina sobre el Plan Bolonia para esclarecer dudas y confusiones en torno a este tema. "La gente ni se ha leído la declaración de Bolonia que son sólo dos páginas", comenta el profesor Comas.

Vaya revuelo por el Plan Bolonia…
Si lee los seis objetivos de la famosa Declaración de Bolonia es imposible que esté en contra. Todos los puntos son en beneficio del estudiante. Estar en contra de ese documento es no apoyar el avance de la sociedad. Los puntos reconocen la dedicación del alumno, facilitan la movilidad, la homologación de títulos, etc.

Entonces, ¿por qué tanta crispación?
Porque en España, durante 25 años, nadie ha pedido explicaciones a las universidades o escuelas públicas. La cultura del "laissez faire" ha reinado en el sector de la educación. España ha entrado tarde en el Plan Bolonia porque en un principio no estaba de acuerdo con ceder las competencias en educación. Cuando las cosas se hacen con prisa y mal, la gente se confunde. En cinco años no hemos hecho nada y, de pronto, nos vemos obligados a ponernos las pilas. Además, no se ha comunicado bien a los profesores en qué consiste el Espacio Europeo de Educación Superior.

¿Por qué España no quería firmar?
Somos muy jóvenes en democracia. El proceso de Bolonia tenía que llegar pero España aún no se siente preparada para ceder las competencias en educación. Francia, que suele ser un país muy crítico, desde que firmó se puso manos a la obra, constituyeron un consejo de asesores expertos, establecieron unas directrices y una estrategia a seguir, por lo tanto, el proceso ha sido tranquilo y natural.

Le enumero las críticas que han sonado en boca de los retractores y usted me da su opinión. La mercantilización de la Universidad.
Las universidades públicas tienen un déficit increíble. La UB está al borde del colapso. Los estudiantes tienen que empezar a asumir que su plaza tiene un coste muy elevado. En otros países todo el mundo es consciente pero en España la gente no se para a pensar que su plaza le cuesta al Estado, es decir, a todos, más de 6000 euros. "Como es gratis no me preocupo". Hay que hacer una integración a nivel interno de la universidad con la sociedad y con la empresa. La universidad tiene que ser consciente de que no puede encerrarse en sí misma y constituir un gueto, tiene que conocer las necesidades de las empresas.

Los estudiantes tendrán que pagar mucho por su plaza.
El Estado no está obligado a darle una plaza gratuita pero tiene la posibilidad. El alumno no tendrá que pagar más pero incrementa el coste de vida del estudiante. La plaza será un poco más cara pero porque hay que pagar la formación del profesorado, metodologías más interactivas, recursos, etc.

¿Metodología interactiva?
El nuevo sistema educativo basado en competencias requiere muchas herramientas y recursos y quizá el Estado no dote económicamente a las universidades de lo que es necesario, lo que significaría un problema. Además, España no está formando al profesorado y esto también puede suponer un problema grande en el futuro.

Los estudiantes deben asistir a clase y no pueden compaginar sus estudios con un trabajo.
El estudiante está firmando un contrato con el Estado para asumir esa plaza, por lo tanto, tiene unas obligaciones, unos derechos y unos deberes. La mentalidad que hay que cambiar es la de "como me sale gratis no pasa nada". Ya no es un aprendizaje pasivo sino activo: el responsable final es el estudiante. La pega sigue siendo el tema económico pero es que España es de los países europeos que menos dinero invierte en educación. ¡No llega ni al 2% del total del PIB!

Sigamos desmitificando: los estudiantes no han participado en el proceso.
Existe la Convención de Estudiantes de Europa (ESU) que desde el primer momento han sido activos en todo el proceso. Elaboran un informe que se llama "Bolonia con ojos de estudiante" para revisar lo que se va aprobando. La pregunta es porque nuestros estudiantes no han formado parte de esta convención…

¿Cómo quedarán los grados, postgrados y masters?
Todos los países hacen 3 + 2, es decir, tres años para el grado y dos para la especialización. Todos excepto uno: España.


España hará cuatro años para el grado y uno para el máster.

¿Por qué?
Por un tema cultural e histórico. Sanidad, educación y justicia son ámbitos que cuesta mucho reformar. Muchos no quieren que su formación pase de ser de 4 años a 3. Este sello español le costará caro. Nuestros estudiantes, con cuatro años, tendrán el reconocimiento y la retribución económica de un grado de tres cuando viajen a otro país. Por otro lado, cuando los extranjeros vengan a España tendrán que hacer un año más antes de acceder a la especialización.

¿Qué hay de la homogeneización y unificación?
Eso mismo me pregunto yo. Se está perdiendo una gran oportunidad de crecimiento. En Europa se está creando el sistema educativo más competente del mundo y no deberían existir divergencias pero nuestro Estado es receloso y le cuesta ceder sus competencias.

¿Como es el alumno 'boloñés'?
Más responsable, más individual y más preparado para la vida real. Se recupera el valor de la persona y de que éste participe en el aula. Se acabó lo de sentarse en una silla y esperar al examen. Ojala yo pudiera empezar una carrera ahora y recibir la formación que se da.

Cuénteme…
Organizamos debates, videoforums, talleres. Incorporamos los nuevos canales de comunicación como youtube, twitter, blogs. Hay muchos recursos de aprendizaje para que el alumno sepa desenvolverse en su entorno profesional.

Entonces, ¿que baja el nivel es otro mito?
¡Totalmente! El nivel es mucho más elevado y exigente. A los alumnos se les exige que sean competentes, es decir, que tengan unos conocimientos y los sepan poner en práctica. El maestro es un guía que tiene que conocer al estudiante para potenciar su inteligencia al máximo. Cada persona tiene una inteligencia más desarrollada que otra. Si yo pido un trabajo y uno me presenta un vídeo, otro un powerpoint y otro un discurso, yo debo aceptar los tres.

http://www.lavanguardia.es/ciudadanos/noticias/20091102/53812663048/las-confusiones-por-el-plan-bolonia-se-crean-porque-hemos-entrado-tarde-y-con-prisas.html

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